viernes, 16 de abril de 2010

tre metri sopra il cielo




Even if the sky is fallin down



Dando pasos, con los ojos llenos de lágrimas, con el viento en la cara, frío, helado tal y como se sentía ella, sin amor, sin corazón, solo el rayo de una farola alumbraba su cara, dándole una tonalidad amarilla. Su pelo caía como ondas sobre su cara. Su cuerpo le pesaba y cada paso que daba le costaba, estaba ella sola en la penumbra de la noche.
Solo se escuchaba el ruido de algunos coches pasar y la lluvia, su pelo se empapaba, y las gotas corrían en su cara, confundiéndose con sus lágrimas.
Sentía que se la caía el mundo entero, tiempo atrás, nunca se hubiera imaginado en ese estado, pero aún así, era feliz.
Sin darse cuenta, o quien sabe quizás lo hizo adrede, llegó hasta su casa.
Esta vez no había farola, y era como una sombra que deambulaba por las calles mojadas y encharcadas, no le alumbraba la luna, ni las millones de estrellas que siempre quiso ver. Estaba demasiado nublado, al igual que sus ojos.

No sabía que estaba allí, o si, quizás estaban unidos.

Ella se sentó en la acera, intentando ver su reflejo un charco. Eran demasiadas las gotas que caían en él, y no se podía ver a ella misma. Tocaba con las yemas de los dedos el agua, formando ondas, notando que el agua estaba aún más fría, que su cuerpo helado.

Salió de su casa, sin ningún motivo, pero puede ser que notara los débiles latidos de su corazón y sentía que le llamaba. Ahí estaba, se le enterneció el corazón, amaba cada gesto que hacía, adoraba que sintiera con tanto amor todas las cosas. Cosas en las que el pasaba por delante y ni se fijaba, ella realmente le mostró la belleza que tenía a su alrededor, quizás en ese momento se dio cuenta, que realmente la que le mostraba la belleza de la vida era ella.
No pudo moverse, la contemplaba desde la oscuridad, sin gesticular ningún músculo, observándo cada detalle.

Se quedó sentada 15 minutos,queriéndose ver a si misma, en el reflejo del agua.
Con dificultad, por el peso de su ropa, se levantó, sin motivación, le dio la espalda a él, sin darse cuenta, y siguió su camino.


Se daba cuenta que se iba y la perdía, y sin pensar salió corriendo detrás de ella.

Notó como algo le rozaba la mano, algo que no estaba frío, como todo lo que había tocado essa noche, se giró, le intento mirar, pero solo veía oscuridad, y se perdieron en un abrazo.





Ella no sabía, ni de que color eran los ojos de él, ni de color era el prado, ni de que color era el cielo,ni el mar, siempre vivía en total oscuridad, siempre vivía en la noche; pero aunque no pudiera ver, sentía lo más maravilloso
del mundo, cada vez que le abrazaba.


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